Nos encontramos inmersos en una época de magia y celebración. Ya falta muy poco para el fin de año… ¡Pronto vienen la Nochebuena, el día de Navidad y los Reyes Magos! Este tiempo de encuentros y fiestas también es un tiempo de regalos en el que entregamos nuestro cariño a los que nos rodean. ¿Y si regalamos magia para brillar entre los familiares y amigos? Queremos invitarles a que se inspiren por el arte de la Casa Lis, un lugar en donde podemos atrapar instantes únicos, detalles singulares y regalos que nadie se olvidará.
Adelantamos la magia de esta época y te contamos un poco sobre cómo puedes inspirarte en los elementos decorativos de la vida burguesa de finales del siglo XIX y principios del XX. ¿Te gustaría saber cómo se vivía en esa época? ¿Cómo la burguesía decoraba sus casas? ¿Con qué objetos? ¿Cómo era el gusto de la época?
Algunos de los objetos con los que se decoraban las casas de la burguesía son las criselefantinas, esculturas de bronce y marfil que representan el espíritu de la modernidad que supuso el Art Déco. Realizadas por artistas recorrieron los teatros para captar el movimiento y los ritmos inspirándose en el music-hall, Ballets Rusos de Diáguilev y el cine mudo. Estas esculturas se realizaban con una cuidadosa técnica de fundición y policromado, que hoy en día se sigue realizando.
La colección de criselefantinas del Museo Art Nouveau y Art Déco de Salamanca es una de las pocas expuestas al público a nivel mundial. Compuesta por más de 120 piezas, se destaca no solo por su cantidad, sino también por su diversidad, ya que están representados algunos de los más importantes maestros de la época.

En la Tienda de Lis hay reproducciones de criselefantinas siguiendo el modelo artesanal realizado con la técnica de modelo a la cera pérdida, proceso escultórico artesanal de tradición muy antigua empleado para obtener piezas de metal por medio de un molde elaborado a partir de un prototipo tradicionalmente modelado en cera de abeja. Hoy en día se sigue manteniendo la misma técnica utilizando materiales actuales.
En los despachos del “cabeza de familia” se solia utilizar otras esculturas, como los Bronces Viena, pequeñas esculturas de bronce policromadas basados en temas orientales y animalísticos, al gusto de la clase medie europea, que se presentaban con diferentes usos como pisapapeles, tinteros o simples objetos decorativos. Estos eran objetos procedentes de viajes normalmente realizados por el señor de la casa en viaje de negocios. Estos objetos solían ser objetos de despacho. En La Tienda de Lis hay reproducciones de estos pequeños bronces de gran calidad pintados a mano.
La llegada de la luz
A finales del siglo XIX, con el descubrimiento de la luz eléctrica, comenzó el declive de las luces de gas. La mayoría de las ciudades se enteraron de que se podía iluminar las calles de una forma mucho más barata con luz eléctrica y rápidamente todo cambió. La noche se hizo más brillante.
La duración del día se alargó en los hogares con la conquista de la noche, modificando los hábitos del trabajo y del descanso de los ciudadanos. La llegada de la luz eléctrica a las viviendas burguesas es otro de los grandes hitos de esta época: se transforman las lámparas de gas en lámparas eléctricas.
Siguiendo con el vidrio como objeto decorativo en las viviendas burguesas en este caso, los artistas de adaptan a los nuevos tiempos y comienzan a crear lámparas eléctricas. Durante estos años los vidrieros de Nancy se interesarán por la iluminación eléctrica.
En 1899, Emile Gallé diseñará sus primeras lámparas, pero será hacia el año 1902 cuando crea varios modelos muy logrados y con un acabado espectacular, en los que combina vidrio y metal. Tanto en la forma como en la decoración, la fuente de inspiración de estas lámparas es de nuevo la naturaleza. Es el caso de la lámpara Dragonfly como podemos observar en diferentes lámparas expuestas en el Museo.
Tenemos en La Tienda Lis reproducciones de la lámpara Gallé, realizada según la técnica que él empleaba de la época. Se trata de un proceso artesanal realizado con vidrio doblado y soplado en molde y con decoración grabada al ácido.
Los locales de ocio de la burguesía.
Con la iluminación eléctrica las calles se hicieron más seguras y las clases medias pudieron prolongar el tiempo de ocio, realizando amplios y modernos paseos urbanos en los barrios más ricos. La burguesía estableció nuevos espacios donde reunirse o transformó los viejos. El caso más evidente es el de los cafés, ya existentes en el siglo XVIII pero que cambiaron a mediados del siglo XIX, ampliando sus interiores, con nuevas decoraciones y comodidades. También se potenciaron los teatros y los teatros de ópera.
La clase media se juntaba en los cafés de la época donde se organizaban tertulias literarias, políticas o musicales. En la Casa Lis tenemos un ejemplo de los Cafés de la época, aunque en este caso se trata de una cafetería actual decorada al estilo de la época. En el Café de Lis puedes hacer ese viaje en el tiempo y retroceder hasta principios del siglo XX tanto por su decoración como por los objetos que también pueden adquirirse en la Tienda de Lis, como por ejemplo reproducciones de las lámparas multicolor de Tiffany’s que son un símbolo de la decoración Art Nouveau.
El Café de Lis, por su diseño modernista nos recuerda a los paneles del vagón comedor de primera clase del famoso Orient Express, diseñados por René Lalique en 1927.
Lalique fue fundamental a lo largo de la historia del arte y muy importante tanto en las colecciones del Museo Casa Lis. El artista también fabricó lámparas para restaurantes, teatros, hoteles, iglesias y para coches cama de lujo de los ferrocarriles franceses, como para el vagón comedor de primera clase del Orient Express.

Actualmente la firma Lalique sigue siendo uno de los productores de cristalería más prestigiosos de Francia. En la Tienda de Lis se pueden encontrar productos con su firma. En esta Navidad, si regalas alguno de los artículos de decoración Lis, brillarás: regalarás originalidad, elegancia, sorpresa y encanto.